Vuelvo a verte otra vez. No me dió tiempo casi a enterrar tu recuerdo y te apareces de nuevo. O fui yo quién te buscó. No lo recuerdo. Y tampoco es algo que me importe. Pero vuelvo a olerte y me pierdo en ese aroma que no me deja pensar. Y te acercas y me cuesta hasta respirar. Intento mantener el control, pero el fuego de tu mirada y el tono de tu voz, me llevan a la maldita locura de querer perderme en ti. Intento resistirme. Si cierro los ojos y no te veo, lo mismo puedo hacer acopio de la escasa voluntad que me queda. Pero no puedo dejar de aspirar tu fragancia. Llevas el perfume que te regalé. Me invade por dentro ese olor y eso hace que se me erize la piel. No hacía tanto calor hace apenas unos minutos. Acortas la distancia y siento tu aliento cuando te acercas a mi boca. Me paralizas sin haberme tocado todavía. Me enerva pensar en todo lo que me va a provocar ese beso. Cierro los ojos y me dejo llevar. Quiero volver a sentir ese deseo que nos hace hasta temblar. Abro de nuevo los ojos, porque quiero ver la expresión de tu cara un segundo antes de que me quemes por dentro. Y es entonces cuándo veo el techo blanco de mi habitación. Dios mio!! He de dejar de tener estos sueños...
Jugueteaba con la bastilla de su vestido, la agarraba, se la enrollaba entre los dedos para luego soltarla y alisarla con la mano con absoluta parsimonia.Llevaba rato haciendo lo mismo, sentada en su sillón con un mullido cojín en la espalda que hacía que su cuerpo se encorvara ligeramente hacia delante. De vez en cuando levantaba la cabeza y me miraba, entonces se ponía muy seria. Yo la miraba buscando en sus ojos algún sentimiento, algún pensamiento dicho en voz alta. Hacía tiempo que no hablaba más que alguna palabra suelta,sin sentido para mí aunque tal vez, con algún sentido para ella. No recuerdo el día en que su pelo se volvió tan blanco, ni de cuando su cara se surcó de arrugas, tampoco recuerdo cuando sus manos, antaño enérgicas y seguras se volvieron quebradizas e inseguras.Lo que sí recuerdo con total nitidez, es el día en que dejó de llamarme por mi nombre, recuerdo la primera vez que me miró y supe que me había convertido en una extraña para ella. Me echó al
Me gusta verte tan activa últimamente. Me gusta el título de este relato. Me gustan los sueños que sueños son.
ResponderEliminarBesos y felices fiestas!
Y a mi me gusta verte por aquí, Luigar. Muackkkk!
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