Y me niego a seguir paseando sobre las brasas de un fuego que me queman los pies solo a mí (que no tengo crema para quemaduras y luego no puedo ponerme ni los zapatos). Que me niego a seguir sosteniendo una mano que me produce más frío que tibieza ( y me lleva horas después quitarme el frío del tuétano de los huesos). Que me rindo ( a veces rendirse es una victoria). Que me marcho sin que sepas siquiera que me voy. Que me vuelvo con las manos vacías, sin equipajes, porque no tienes nada que merezca la pena ser guardado en ninguna maleta (y tampoco estoy para coger pesos innecesarios). Que prefiero que me mate una ausencia a que me mate una media ausencia. Que siempre fui mujer de enteros y no de medios. Tengo la conciencia limpia. Yo te amé. Yo lo hice bien. Y eso me basta. (30/04/2015)