Hoy no estoy aquí. Hoy estoy en el ayer. Estoy en el sitio dónde las heridas se curan con mercromina, tiritas y los besos de mi madre. Hoy estoy dónde mi única preocupación es a quién le vendaremos los ojos esta tarde al salir del colegio, para jugar a la gallinita ciega. O quién ganará hoy en el juego del escondite. Estoy en el regazo de mi madre que me toca la cabeza con la yema de sus dedos. Y me quedo ahí porque no existe un lugar mejor, mientras me subo los calcetines que tienen el elástico flojo y se bajan hasta los tobillos. Y miro mis zapatitos negros de hebilla. Están raspado por la parte delantera. He de cuidarlos, porque es poco probable que puedan comprarme otros. Hoy estoy con mis hermanas y recortamos mariquititas y las vestimos con primor. O cogemos la caja de los cromos y nos ponemos en la puerta de la calle a jugar. Mi hermana Irene es la que tiene los cromos más bonitos. Las palmas de las manos las tenemos rojas de tanto golpear para hacer que los cromos se den to...
Este es mi lugar, dónde las letras cambian mi mundo y me daré por satisfecha si mientras lees, cambio el tuyo. Sé bienvenido.