Voy a confesarte algo. Pero guárdame el secreto. Hay alguien, que me mata cada noche, a golpe de caricias. Me suelta y me atrapa a base de pasión. Me eleva, me tumba y me desarma a cuchillo. Y dispara al aire y, me deja sin aliento. Me hace agonizar lentamente. Y cuando a punto estoy de morir, me salva únicamente, para obtener el placer de matarme otra vez. Y sin armas. Hay alguien, que se proclama director, de la orquesta de mis gemidos. Y toca una a una, las sinfonías de mi cuerpo. Y pone en mis oídos, la partitura de su voz. Y me hace oír, las teclas del piano de sus suspiros. Y sus manos pasan a ser, cuerdas de una guitarra, que rasga la madrugada. Y convierte cada rincón de mi ser, en do, re, mi, fa, sol, la, si. Y sin música. Hay alguien que aprisiona mi nuca y mi espalda. Mi pelo y mi cintura. Mi cuello y mis nalgas. Que me roba el corazón, el pensamiento y la cordura. Y hace de mi cuerpo, el campo de batalla, donde libra sus ganas de mí. Me...
Este es mi lugar, dónde las letras cambian mi mundo y me daré por satisfecha si mientras lees, cambio el tuyo. Sé bienvenido.