Si vas a irte te rogaría dejar todo cómo estaba. Procura no llenar mi corazón de cicatrices, mi vida de vacíos y deja las nubes dónde yo las tenía. Las necesito porque a veces el sol pega fuerte y me molesta en los ojos. Esos días en los que olvido las gafas de sol en casa. Procura también dejar mis noches y mis días cómo te los encontraste a tu llegada. Lo que sí puedes llevarte es la molestia de decirme adiós. Aborrecí siempre esa palabra.
Este es mi lugar, dónde las letras cambian mi mundo y me daré por satisfecha si mientras lees, cambio el tuyo. Sé bienvenido.