Me pierdo en rutas inaccesibles y te llamo para sentir tu nombre. Camino por entre los callejones de la ciudad para buscar tus pasos. Tu voz no me alcanza y mi voz no te llega. Demasiada la distancia entre los dos. Ya no sé a qué alma he de asomarme para hallarte ni en qué estación he de buscarte. La lluvia ha borrado las huellas que me llevaban a ti. La tarde cae por detrás de los cristales y no estás. Todo es silencio. Todo es ausencia. He colgado en una percha mi soledad y la he guardado en el armario. A ver si así deja de molestar. Ha estado saltando por el sofá, toda contenta ella campando a sus anchas. Hasta las letras están vacías si no estás tú. Nada vale, todo pierde su significado sin ti. El reloj ha desdibujado tu presencia. Duras y tremendas las horas ahora que no estás. Mi piel clama a gritos tu piel y mi boca calla, porque hasta las palabras se niegan a brotar. Tu olor se ha desvanecido por entre las rendijas de las persianas. Ni la tarde es tarde sin ti. Y para re...
Este es mi lugar, dónde las letras cambian mi mundo y me daré por satisfecha si mientras lees, cambio el tuyo. Sé bienvenido.