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Nada personal 111

Tus mentiras es el veneno que mi estómago no digiere. Y mi adiós es el antídoto de una muerte segura. Y yo…nunca fui de tendencias suicidas. 
(04/05/2015)

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Se le olvidó mi nombre

Jugueteaba con la bastilla de su vestido, la agarraba, se la enrollaba entre los dedos para luego soltarla y alisarla con la mano con absoluta parsimonia.Llevaba rato haciendo lo mismo, sentada en su sillón con un mullido cojín en la espalda que hacía que su cuerpo se encorvara ligeramente hacia delante. De vez en cuando levantaba la cabeza y me miraba, entonces se ponía muy seria. Yo la miraba buscando en sus ojos algún sentimiento, algún pensamiento dicho en voz alta. Hacía tiempo que no hablaba más que alguna palabra suelta,sin sentido para mí aunque tal vez, con algún sentido para ella. No recuerdo el día en que su pelo se volvió tan blanco, ni de cuando su cara se surcó de arrugas, tampoco recuerdo cuando sus manos, antaño enérgicas y seguras se volvieron quebradizas e inseguras.Lo que sí recuerdo con total nitidez, es el día en que dejó de llamarme por mi nombre, recuerdo la primera vez que me miró y supe que me había convertido en una extraña para ella. Me echó al

El guardián de mis secretos

La vida te volvió a poner en mi camino. Por casualidad. Por la forma caprichosa que tiene de actuar el destino, te volviste a cruzar conmigo. Y te miro... y me traes recuerdos de un ayer tantas veces añorado por mí.  Y me hablas y deseo que tu voz me lleve al mismo lugar dónde tantas veces estuvimos. Y me das dos besos a modo de saludo e intento que llegue a mí la esencia que un dia tuvo tu piel. Tú tienes tu vida, lo sé. Yo tengo mi vida, lo sabes. Pero sin querer... te hice confidente. Y me escuchas y no me juzgas. Tienes el poder de que desnude el alma ante ti y no me averguenze. Si no te busco, te mantienes ahí... en tu mundo. En cambio si lo hago, estás ahí... sin preguntas. Y me haces reír y haces que yo, sea yo. Sin máscara, sin tapujos. La vida hizo que conservaras la calidez y sensibilidad de siempre. Y cuando te llamo, llegas con los bolsillos llenos de ambas cosas. Y te escribo estas letras y no me cuesta.  Si pienso en ti, salen solas, como solas salen l

Una de Caperucita

 - ¿Puedo hablarte o me vas a vacilar cómo siempre? - No sé. Prueba... - ¿Estás enfadada? - No. - ¿Y por qué estás tan callada, si tú no te callas ni debajo de agua? - Estoy pensando. - ¿Pensando en qué? - En como le irá a Caperucita con el conejo de Alicia y si seguirá viendo el país de las maravillas. - ¿ En serio piensas en eso? - No. - Que graciosa la nota ¿ Entonces? Algo te ronda la cabeza. - Pienso en el lobo. Tan feroz y no supo retener ni a una niña. Que infeliz ¿no? _ ¿No puedes dejar de vacilarme? - Me cuesta.Te me pones tan a tiro... - ¿ Cuándo será que te hable y me contestes amablemente? Sin pullas, sin que me vaciles. Sin hacerte la lista. Sin dártelas de sabelotodo. Conseguirás que deje de hablarte un día. - ..... ( Silencio). - Lo echas de menos. Te lo noto. Aunque no lo nombres. Aunque ya no seas la misma. Pero lo sigues extrañando. Es eso lo que te pasa. ¿Estoy equivocada? - No. No estás equivocada. - Que raro que me des la razón. Debes de estar re