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Nada personal 91



Y no te niego que a veces ( por eso de ser sincera),...eres el cuervo ( por cierto, que feo te ves) que sobrevuela en círculos por lo alto de mi vida. Buscando un hueco de tejado roto por el cual colarte y así poder coger algún que otro pedazo de recuerdo, con lo que alimentar su mísera y pobre existencia (vuelo).Y cuando te veo venir ( porque ver, te veo), me haces levantar (con lo cómoda que me hallo) y lanzo patadas al trozo que quieres llevarte ( pájaro maldito horroroso). Y a veces la suerte se pone de mi lado (menos mal, que benévola ella) y alcanzo a darte en toda la cabeza (carente de cerebro y de nada que se le parezca), pero cabeza al fin y al cabo (ahora entiendo el eco).Y te vas graznando ( que ruido más desagradable, he de decir). Hasta la próxima,…aquí te espero ( no me coges desprevenida ni a la de tres, ni a la de cinco, ni a la de diez). Ojalá que el cielo te atrape en tu vuelo y no quede de ti, ni la más mínima señal de que un día exististe (quise decir, ni la última pluma),…
(23/05/2015)

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Una sola mirada

Era octubre cuando por primera vez la vio. Tomaba café sentada a la mesa de una cafetería, por la que él solía pasar cada día para ir al trabajo. Desde ese mismo día, cada vez que llegaba a su altura, aminoraba el paso, para poder contemplarla mejor. Siempre tenía la cabeza agachada, una mano sujetando la barbilla y la otra escribía sin parar, en un cuaderno con las tapas en verde. Llevaba tanto tiempo observándola que se sabía de memoria cada detalle de ella. Cuando la dejaba atrás y hasta llegar al trabajo, rememoraba cada cosa que le gustaba de ella. Le gustaba su pelo negro y la forma en que le caía a un lado de la cara, mientras no paraba de escribir. Le gustaban sus manos, estaba seguro que estaban hechas para acariciarle a uno cada centímetro de la piel. Le gustaba la forma en que distraídamente, balanceaba una de sus piernas, casi de forma mecánica. A veces, pensaba en entrar, en hacerse el encontradizo con cualquier excusa, pero no se atrevía. Sólo de p...