Una estación. El mágico silbido del tren que se mezcla con
la voz del megáfono que anuncia su llegada. El bullicio de la gente con las
historias de sus vidas guardadas en maletas con ruedas o, en mochilas en la
espalda o en neceseres de mano. Un reloj en blanco y negro casi suspendido en
el aire (siempre he querido un reloj así), que me hace mirar una y otra vez los
minutos que faltan para que llegues (o para que no llegues). Estoy allí,
esperando impaciente (aunque parezca paciente) saber si cogiste la oportunidad,
(el tren). No se puede fumar, pero fumo (y el humo oculta la incertidumbre que
me ahoga, pero hago como que no me ahoga). No sé que vagón te ha tocado, ni
siquiera sé si compraste el billete. Si vienes, no sé aún muy bien como actuar
ni que hacer( si no vienes...tampoco). Supongo que me tomaré un café (contigo o
sin ti). Hombre, lo bueno de que vengas es que me ahorro las pelas del café
(que también).Y saldré de allí (contigo o sin ti).
(14/05/2015)
Comentarios
Publicar un comentario