Y a pesar de las mil y una razones que tengo para
despreciarte, aquí estoy. Sin conseguir que eso ocurra. Y a pesar de las mil y
dos razones que no encuentro para seguir queriéndote, aquí estoy. Queriéndote. Y
me dueles tanto que a veces no sé como lo hago para que mis pies no se enreden
al caminar y corone el suelo con mil y tres caídas. Y a pesar de que el tiempo
pasa y pasa, no logra cerrarme las mil y cuatro heridas que llevo como estandartes,... adornando mi piel.
(24/04/2015)
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