Te amo desde que te conozco. ¿Qué no entiendes?
Cientos de inviernos tortuosos, golpeaban las puertas de mi
vida. Gélidos vientos, se colaban por todas las ventanas de mi existencia. Mis
días eran eternidades varadas y sin sentido. La nieve cubría con su
interminable manto blanco, las barandillas de todas las escaleras de mi alma. Muertas
las sonrisas y lleno de desganas. Hasta que te conocí. Y llenaste de primavera,
hasta los rincones más congelados. Y colmaste mi marzo, mi abril y mi mayo, de
camelias, lilas, narcisos y tulipanes. De alhelíes, hortensias y magnolias. Y
es tu ombligo, el que contiene las gotas de rocío que muero por beber con
avidez, una y otra vez. Y tiene tu piel, el color blanco e impoluto de los
almendros en flor.
Estoy enamorado de ti. ¿Qué no entiendes?
Si eres, la bóveda celeste del firmamento de mis noches y cada
caricia tuya, astros que quiero que me
guíen por siempre. Que yo no soy poeta y mira lo que te escribo. Que quiero
vivir contigo. Tenerte a mi lado. Todos los días de mi vida. Que te necesito.
Que mi aire no es aire, si no lo respiro contigo. Que es tu ausencia la causa
de mis desvelos. Y es tu cuerpo el motivo de mis deseos.
Estoy loco por ti. ¿Qué no entiendes?
Desde tus costillas hasta tus clavículas. Desde tus tobillos
hasta tus omoplatos. Desde tus rodillas hasta tu esternón. Amo todos y cada uno
de los doscientos seis huesos, que componen tu ser. Vente conmigo, amor. Haz
que los kilómetros pasen a ser milímetros.
Dime…¿qué no entiendes?.
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