Cómo un payaso oculto mi dolor entre sonrisas vacías. Carentes de nada. Mi alma rota se esparce por entre las baldosas. Cuándo creo que ya no puede romperse en más pedazos, viene otro vendaval y cómo las hojas de una margarita vuelve a deshojarse. Trozos de alma aquí y allá. Y no las puedo recoger porque siento que si me inclino, me romperé yo. Y me escondo en los callejones oscuros del silencio. Dónde las palabras no existen. No puedo hablar porque siento que hasta mi garganta crujirá si lo hago. Porque tengo la renuncia de tu amor en el borde de la boca. Que me quema a fuego lento.Y tengo miles de lágrimas que no me dejan ver por dónde camino. Estoy perdida hoy. Y tengo tu nombre en la mano para enterrarlo e iniciar el largo duelo del olvido. Renunciar a ti acabará conmigo, lo sé. Y seré soledad deambulando por cada esquina del dolor. Y tu dolor se convertirá en amargos tragos que habrás de beber. Que habré de beber. Te dejaré mis versos y mi prosa. Por si te ayudan. Te dejaré todas las letras que hablaban de ti. Por si las quieres conservar. Guárdame en tu alma y nunca olvides que te amo. Te dejo los besos que nunca te di. Perdóname cada paso que a partir de ahora has de dar sin mí. Perdóname las heridas que esto te cause y perdóname los vacíos que sentirás. No te culpo si me odias. Tal vez sea hasta mejor. Yo me guardaré hasta lo que callo y no puedo decir. Y me muero al despedirme así. Y en esta despedida renuncio también a mi alma...no la quiero ya sin ti.
- ¿Puedo hablarte o me vas a vacilar cómo siempre? - No sé. Prueba... - ¿Estás enfadada? - No. - ¿Y por qué estás tan callada, si tú no te callas ni debajo de agua? - Estoy pensando. - ¿Pensando en qué? - En como le irá a Caperucita con el conejo de Alicia y si seguirá viendo el país de las maravillas. - ¿ En serio piensas en eso? - No. - Que graciosa la nota ¿ Entonces? Algo te ronda la cabeza. - Pienso en el lobo. Tan feroz y no supo retener ni a una niña. Que infeliz ¿no? _ ¿No puedes dejar de vacilarme? - Me cuesta.Te me pones tan a tiro... - ¿ Cuándo será que te hable y me contestes amablemente? Sin pullas, sin que me vaciles. Sin hacerte la lista. Sin dártelas de sabelotodo. Conseguirás que deje de hablarte un día. - ..... ( Silencio). - Lo echas de menos. Te lo noto. Aunque no lo nombres. Aunque ya no seas la misma. Pero lo sigues extrañando. Es eso lo que te pasa. ¿Estoy equivocada? - No. No estás equivocada. - Que raro que me des la razón. Debes de esta...
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