Cada beso que nos damos lleva el sello del pecado. Cada deseo que sentimos nos sacude por dentro y hace despertar de golpe cada fibra dormida. Cada roce que nos regalamos nos duele. Porque pensamos que puede ser el último y casi nos da miedo hasta tocarnos. Y siento cómo late tu corazón cuándo me voy acercando. Y mi piel se eriza con sólo escuchar mi nombre en tus labios. Y te nombro y hago mio tu nombre, para sentirte más dentro.Y nos morimos cada noche un poco, por el temor de que al amanecer alguno de los dos ya no esté. Y tenemos los días contados. Sabemos que esto es una cuenta atrás y nos vamos devorando con el temor de oir el crujido de la despedida. Y en un acuerdo tácito guardamos cada uno de esos momentos para que queden grabados en nuestros cuerpos cómo tatuajes en la piel. Y llevas mi perfume en cada uno de tus poros. Y llevo el sonido de tu voz, en el fondo de mis oídos. Y no olvidaré ni uno sólo de los "te quiero"que me brindó tu boca. Hasta las miles de palabras que nos guardamos quedarán para el recuerdo, junto con estas ganas que nos está matando.
Qué maldito el dolor y que larga la agonía cuándo al despedirnos, cada uno tiene que volver a una vida y a una cama...dónde el otro no está.
Qué maldito el dolor y que larga la agonía cuándo al despedirnos, cada uno tiene que volver a una vida y a una cama...dónde el otro no está.
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