Te has ido y no te he dicho las veces necesarias lo mucho que te quería.
Con tu partida me he quedado con miles de abrazos guardados que ya nunca podré darte.
Al marcharte me has dejado con un cofre sin fondo lleno de besos que guardaré para siempre, pensando en los muchos que no te di.
Se terminaron las conversaciones cómplices que desahogaban a mi corazón.
Las caricias que me demostraban tu amor incondicional las guardaré en mi alma así como guardaré tu recuerdo.
Contigo se ha ido mi parte de niña y me has dejado con la parte de mujer que tiene que soportar tu ausencia.
Siento que el tiempo que no te dediqué, me sobra ahora para echarte de menos.
El sentimiento de tu pérdida es tan grande, que es imposible plasmar en un papel todo el estrago que has provocado en mi vida.
Sobran las palabras, las letras... sólo queda el dolor que únicamente puede ser entendido por aquel que ya no tiene a su madre consigo.
Besos, caricias, abrazos, miradas... que guardaré celosamente, por si tal vez en otra vida te los pudiera llegar a dar.
Dedicado a Mariló.
Sólo el tiempo se encargará de cerrar la herida que hoy tienes abierta.
Sólo el tiempo se encargará de cerrar la herida que hoy tienes abierta.
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