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Un mundo sin ella


Sé que tal vez suene egoísta, pero no quiero vivir si no está ella. No quiero un mundo si ella no lo habita. No quiero andar si no va de mi mano. Se fue así, sin más, sin darme tiempo siquiera a despedirme.Tengo en mi boca un adiós que le debo y  palabras que no pude pronunciar. También le debo caricias. Y besos. Y sonrisas. Y paseos. Y mañanas de sol. Y desayunos con tostadas. Y tardes en la playa. Lo mismo, allí dónde se encuentre, esté esperando que a mi también me llegue la hora de partir. Entonces podré volver a llenar este vacío inmenso que ahora es mi vida y tal vez pueda saldar todas esas deudas. Pero mientras tanto, veo los días pasar delante de mí, sólo los veo. Porque vivirlos, no los vivo. Se detuvo el tiempo y yo me paré con él. Ni siquiera busco razones para vivir. Porque no las hay, no las tengo. Mi razón era ella y ya no está. Sólo me quedan preguntas, lágrimas, soledad y miles de horas paradas en el reloj que hay en el salón. No quiero vivir un instante, ni siquiera un segundo dónde  no esté. Y sin embargo, hoy ya es otro año. Lo que me hace pensar en este momento de lucidez, que el tiempo sigue. Siempre siguió..sólo que sin mí.

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